Municipios

Salto: una ciudad puesta a prueba por el agua

Por Maximiliano Arce

Desolación, tristeza, incertidumbre y bronca son alguna de las sensaciones que invaden a los vecinos de Salto, una de las ciudades afectadas por la última inundación.

En muy poco tiempo el esfuerzo de toda una vida se se pulverizó por el agua que avanzaba como como una lanza para partir al medio la esperanza de miles de vecinos que sin más que lo puesto debieron salir en busca de refugio.

Los años pasan y las crecidas de los ríos continuan asechando a las ciudades que conviven con ellos, sin cambios, sin respuestas. No por acción u omisión, sino porque la naturaleza misma nos dice que paremos y nos da ese castigo que, lamentablemente siempre lo pagan los de abajo.

No por acción u omisión, sino porque la naturaleza misma nos dice que paremos y nos da ese castigo que, lamentablemente siempre lo pagan los de abajo

La desidia del día después es incontable, solo quienes la viven en carne propia pueden narrar lo que se vive ante tamaño acontecimiento que, no solo pone a prueba su reciliencia sino que desafía su capacidad de acción en un momento de tragedia extrema.

Nadie se salva solo

Si algo se destaca en este contexto, es la gran ayuda de quienes, desinteresadamente pusieron su granito de arena para dar una mano en este momento. Sea con mucho o no, con ropa o con comida; lo cierto es que todo cuenta y todo suma ante la falta de todo. Absolutamente todo.

Paradójicamente, a poco de estrenarse una serie que instaló el mensaje «Nadie se salva solo» sucede un hecho que hace ver y sentir que realmente es así, nadie lo hace, menos en situaciones limites. Por ello es de destacar la incansable ayuda de particulares, municipios vecinos, así como también de empresas que, al ver lo sucedido se brindaron por la causa.

s de destacar la incansable ayuda de particulares, municipios vecinos, así como también de empresas que, al ver lo sucedido se brindaron por la causa

Esto recién empieza, el agua está bajando y las familias se reencuentran con lo que quedó. Con el barro, la humedad y la desidia de ambientes solo habitados por el olor que dejó la catástrofe.

No es la primera vez y no será la última, por lo que se saldrá. Costará, si, pero como ya se hizo, se saldrá adelante; y eso es lo que cuenta.

No es tiempo de culpables ni de acusaciones que no hacen más que depositar energías donde no se debe.
Eso no genera más que rivalidades absurdas en las que solo sacan rédito los caranchos que esperan las tragedias para dar su golpe de gracia. Como si eso fuera una victoria personal.

Ayudar, empatizar y ser humanos; esa es la premisa. Sin esperar nada, sin mezquindades. La política no entra acá para enamorar a nadie, debe hacerlo como herramienta transformadora. Todos juntos y en pos de que quienes no encuentran el rumbo lo hagan lo antes posible.

Suena romántico, lo sé, pero es en las crisis donde nacen las oportunidades y esta es una muy buena para demostrar que el estado es necesario, importante, y que, a través de él todas y todos podemos estar un poco mejor.

Relacionadas

Kicillof recibe a 20 intendentes

Maximiliano Arce

El PJ bonaerense encendió el clamor por Cristina

Maximiliano Arce

Diputados voto por unanimidad una asistencia económica a Bahía Blanca

Maximiliano Arce