Por Daniel Spadone
Gerente de delegaciones de la Superintendencia de Salud de la
Nación
Todos estamos enojados, no es para menos, si la realidad nos pegó en la cara como una piña de Monzón.
Si nos dijeron que éramos el granero del mundo y en muchas mesas no hay ni pan duro de ayer secándose al sol.
Nos creíamos que al revés del tango éramos Margot y no somos ni Margarita
Que con la democracia se come, se vive, se educa.. y hoy resulta que era pura retórica.
Que teníamos los 4 climas y biri biri biri… la sequía histórica nos robó una estación, y con ella «lo que la falta de agua nos llevó».
Todos enojados con la política; y es cierto que los hay chorros, inútiles, vagos, ñoquis y mentirosos; pero también, probos, estudiosos, dedicados, honestos, trabajadores. La decisión de unos y otros está en cada votante, que también los hay de los unos y los otros.
No se cultivan políticos en invernaderos y se venden en las ferias de las plazas
Salimos de la sociedad
Para que la categoría de los buenos tenga más opciones se requiere que más gente con esas virtudes estén en esos bolilleros, para aumentar las chances de sacar la bolillas blancas y nos las negras.
Pero si alentados por los mismos políticos y por los nuevos que aparecen como MILEI, dinamitamos la política y la emparentamos con la mugre y el problema de este país, las bolillas negras serán más .
Es decir la sociedad se está tirando un tiro en los pies vaciando de contenido y de calidad la bolsa de las bolillas blancas .
Nos condenamos cada vez más en elegir entre malos, entre los mimos gastados y buscas. Legisladores que hace años se sientan en sus bancas, INTENDENTES que reeligen y reeligen, porque en un retroceso total en los institucional terminaron con una ley que les impedía seguir eternamente.
Decimos siempre son los mismos, y si!!! Si por un lado nos quejamos de eso pero por otro desalentamos a la gente que que participe que podemos esperar?. Los mismos o los hijos de los mismos o las mujeres de los mismos, y así eternamente.
«La culpa no la tiene el chancho, la tiene usted; no le de Cargil», decía la publicidad
Porque hay una realidad, hasta acá nos trajo la política y sus cómplices que apadrinan desde afuera. Y nos debe sacar la política, con estos o con otros, porque no vale en democracias como en los laberintos salir por arriba o por atajos. Cuando eso hicimos se llenó de sangre, de muertos y de ausencias.
No podemos aplaudir y llorar con Argentina 1985 y bancar a los que quieren dinamitar todo, o casi todo (sic Macri).
Porque la peor de las democracias como tal vez sea esta tiene el maravilloso germen de la libertad.
Estamos enojados, crispados, de capa caída, calientes, pero debemos ser reflexivos, porque en la vida de los países como en las nuestras las calenturas se pagan caro.
A nuestra América les vendieron espejitos de colores llevándose todos, que nos vuelvan a mentir por menos que nada.