Los gobernadores provinciales de las distintas fuerzas políticas se encontraron ayer en la Ciudad de Buenos Aires. El principal motivo fue reunirse con Sergio Massa para destrabar los fondos que necesitan para pagar sueldos y aguinaldos. Sin embargo, la jornada terminó con un proyecto de ley acordado entre todos.
Mientras pedían los fondos para garantizar el pago de aguinaldos, los gobernadores provinciales presentaron un proyecto de consenso.
Los mandatarios de las provincias propusieron que el 50 por ciento de lo recaudado por el Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios, también llamado impuesto al cheque, ingrese a la masa de coparticipación federal. Su objetivo es no perder recursos que antes ingresaban, hasta octubre de 2023, con la recaudación del Impuesto a las Ganancias. La idea es que el Gobierno Nacional la eleve al Congreso para su tratamiento.
Según figura en el documento, la suba del mínimo no imponible representaría en 2024 una caída de recursos de 2.927 billones de pesos. «Esta medida le significa a las resignar recursos por el equivalente a 0,48 por ciento del PIB», graficaron los gobernadores.
Frente a esta proyección es que propusieron sumar a la masa de impuestos coparticipables la mitad de lo que se recaude por el impuesto al cheque. «Es necesario compensar la disminución de recursos necesarios para el sostenimiento de las cuentas públicas»
El tributo en cuestión está regulado por la Ley 25.413 sancionada en marzo de 2001. De acuerdo con el informe sobre recaudación tributaria del Ministerio de Economía de la Nación en 2022, permitió ingresar a las arcas públicas 1.343.373 millones de pesos. Actualmente, el 100 por ciento de esos fondos van a la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES). De avanzar la propuesta presentada en consenso por los gobernadores, el organismo previsional perdería la mitad de una fuente de financiamiento importante.