Mujer es la que lucha, la que siembra, la que escucha; la que se pone al hombro toda una batalla en pos de sus derechos y los de quienes más lo necesitan.
Aquel paradigma de que él sale a trabajar y ella se queda en casa se acabó
Mujer es ella, la guerrera en la semana, la protectora en el hogar, la que sostiene adversidades, pero también la que celebra las victorias.
Esa es la mujer. La que luego de tantos años se da el lujo, impensado, de celebrar su día.
Ese momento en el que se igualan los polos de un mundo volcado por siglos al machismo pero que hoy, está cambiando.
Aquel paradigma de que él sale a trabajar y ella se queda en casa se acabó. Reina la independencia, aflora la intención y brilla la dama de las mil batallas en el terreno laboral.
Así las cosas, todo parecería fantástico, pero aún falta mucho. Metáforas podemos poner cientos y nos quedaríamos cortos. Lo cierto es que en 2023 se sigue peleando por la igualdad, por erradicar la violencia de género por el hecho de pensar que uno es más débil que el otro o simplemente por sentirse amenazado por el empoderamiento de la mujer en el sistema.
Desde que se tiene memoria la pelea es desigual, no por una cuestión de capacidad, sino por el propio esquema de supervivencia en el cual ella es menos que él porque si él es igual a ella, las cuentas no dan como se espera. Es agresiva la ecuación, pero quien la delimitó tuvo un éxito que hasta hoy continúa vigente.
Cientos de mujeres son noticia por femicidios, otras tantas por explotación laboral; están también las que se hacen notar por el abandono del estado, retrayendo sus salarios en forma injustificada si se compara con un hombre que desempeña las mismas funciones.
Pero amén de ello podemos mencionar a las que marcan la diferencia en las ciencias, el los desarrollos productivos, así como también en el sistema propiamente dicho, siendo un pilar fundamental para que la sociedad funcione de una manera armónica.
Es momento de crecer, de soltar patrones que no hacen más que retrasar la evolución de nuestra raza. Es tiempo de aceptar el desafío de empatar, dejar de temerle al crecimiento
En la medida que ellas crezcan libremente, el mundo lo hará también. Sin equilibrio no hay certezas, sin certezas no hay confianza y sin confianza no hay posibilidad alguna de salir de un esquema patriarcal que no tiene alcance. Ha caducado.
Esa es la consigna, aceptar para crecer y no crecer a consta de la aceptación insatisfecha. Juego de palabras pero que marca el concepto de que en este 8M y en otros tantos días que tiene el año, la mujer es una pieza clave. Debemos cuidarla, respetarla, pero, sobre todo, dejarla ser.