El informe del Instituto Nacional De Estadísticas y Censos, arrojó que durante el mes de julio la inflación fue del 7,4%, no solo la cifra más alta registrada en lo que va del 2022 sino que hay que remontarse hasta abril del año 2002 para encontrar un número similar.
Si bien el rubro que más aumentó fue el de Recreación y cultura con un 13,2%, el que más impacto tiene en la cotidianeidad de los argentinos es el de Alimentos y bebidas
Si bien el rubro que más aumentó fue el de Recreación y cultura con un 13,2%, el que más impacto tiene en la cotidianeidad de los argentinos es el de Alimentos y bebidas que sufrió un incremento del 6% en comparación con lo ocurrido el mes anterior.
Previo a conocer los datos oficiales aportados por el INDEC, desde el Gobierno apuntaron contra los especuladores y los formadores de precios a los que acusaron de «jugar con la mesa de los argentinos».
En ese sentido Alfredo González, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), manifestó que esta especulación también perjudica a los empresarios PyME ya que no «teníamos precios de referencia y en otros casos no teníamos idea de en que momento íbamos a poder reponer nuestro stock de lo vendido en el día».
González sostuvo que ellos no son formadores de precio sino que son «tomadores de precios» es decir que «estamos continuamente esperando la lista de precios de nuestros proveedores las grandes empresas. No somos los que manejamos», explicó.
«teníamos precios de referencia y en otros casos no teníamos idea de en que momento íbamos a poder reponer nuestro stock de lo vendido en el día»
En ese contexto consideró que lo que deben hacer las autoridades para afrontar esta crecida inflacionaria es «tranquilizar la macroeconomía para así llevarle tranquilidad a la microeconomía». Pero a su entender eso no les corresponde a las pequeñas y medianas empresas sino al «Estado nacional con su equipo económico y a todas las grandes empresas las cuales manejan la macro economía en Argentina».
Los precios de referencia
Para González, la mayor complicación a la que se enfrenta el sector es la falta de precios de referencia. «Si vamos a lo que más molesta e incomoda el sector de alimento vas a cualquier autoservicio barrial y no tiene mucha referencia de precio», dijo y agregó que eso sucede «porque no sabe a cuanto va a conseguir en el mayorista la mercadería que vendió ayer».
«Si vamos a lo que más molesta e incomoda el sector de alimento vas a cualquier autoservicio barrial y no tiene mucha referencia de precio»
A su entender la referencia de precios se puede establecer a partir de un «arreglo específico voluntario donde cierta canasta o cierto producto llegan a un acuerdo con un proveedor especifico para poder venderlo».
En ese marco también destacó el problema de la especulación ya que las PyMEs «recibimos los productos con precio de dólar blue cuando todos sabemos que las importaciones se hacen con dólar oficial» afirmó y agregó: «no es un partido en donde nosotros estamos, es muy difícil. La recibimos armada».
«La palabra especulación es mucho más amplia» consideró y argumentó: «¿Con cuántos kilos de azúcar se puede proteger un autoservicio de barrio y con cuántos se protege un mayorista o aquel que genera los precios». «Ahí esta la gran diferencia, es imposible que te puedas proteger», opinó y concluyó: «Un pequeño empresario queda fuera del mercado automáticamente».