En un esfuerzo por aliviar la crisis del sector agropecuario, el Gobierno Nacional anunció esta tarde una serie de medidas destinadas a reducir temporalmente las retenciones a los principales cultivos y eliminar de manera permanente estos tributos para las economías regionales. La iniciativa, según explicó el Vocero Presidencial Manuel Adorni durante una conferencia de prensa…
el Gobierno Nacional anunció una serie de medidas destinadas a reducir temporalmente las retenciones a los principales cultivos y eliminar de manera permanente estos tributos para las economías regionales
Adorni destacó que “bajar las retenciones, tal como se prometió en campaña, es restaurar el valor de la palabra presidencial” y calificó la medida como un acto que emula las épocas más prósperas del país. “Cultivar el suelo, señores, es servir a la patria”, afirmó, remarcando el “esfuerzo fiscal de los argentinos” y el “riguroso plan económico liderado por el Ministro de Economía, Luis Caputo”, como condiciones para llevar adelante estas decisiones.
El anuncio llega en un contexto complejo para el campo, marcado por una sequía sostenida y la baja de los precios internacionales de los commodities, situación que ha generado tensiones con el sector. Si bien las medidas representan un alivio, también contienen el creciente malestar de los productores, quienes amenazaron con tomar medidas de fuerza debido a las retenciones y las restricciones al comercio exterior.
Detalles del plan económico y el alivio temporal
El Ministro de Economía, Luis Caputo, explicó que, a partir del próximo lunes y hasta el 30 de junio, las retenciones a los principales cultivos como soja, trigo, maíz, cebada, sorgo y girasol tendrán una reducción temporal. Por ejemplo, la alícuota de la soja bajará del 33% al 26%, mientras que el trigo y la cebada pasarán del 12% al 9,5%. Además, las economías regionales quedarán libres de retenciones de manera permanente. Entre los productos beneficiados se encuentran el azúcar, el algodón, el cuero bovino, el tabaco y el arroz.
“Este es un Gobierno que ha venido a bajar impuestos esencialmente. A eso es a lo que hemos venido, a sacarle la pata del Estado de la cabeza al sector privado”, aseguró Caputo. Sin embargo
Impacto en la macroeconomía y las expectativas del sector
El Secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, detalló las nuevas alícuotas y destacó el esfuerzo conjunto de varias dependencias gubernamentales para implementar estas medidas. Según Iraeta, “además de ser un anuncio, me emociona porque hemos trabajado muchísimo”. También destacó que productos como el girasol tendrán una reducción significativa, pasando del 7% al 5,5%.
Caputo afirmó que estas políticas se alinean con las promesas de campaña del presidente y sostuvo que “estamos bajando el impuesto más importante que es la inflación”. También hizo hincapié en que “hoy esta estabilidad macroeconómica les permite a todos los sectores poder hacer proyecciones”
Un alivio con límites
A pesar del entusiasmo oficial, las medidas son vistas con cautela por los productores agropecuarios, quienes enfatizan que las retenciones, aunque reducidas, siguen afectando la competitividad del sector. Además, el mantenimiento del cepo cambiario y las restricciones para exportar generan incertidumbre sobre el verdadero impacto de estas políticas.
En este sentido, el Secretario de Coordinación de Producción, Pablo Lavigne, explicó que para acceder al beneficio los productores deberán optar por una Declaración Jurada de Venta al Exterior particular, detallando que “a los 15 días hábiles deberán liquidar las divisas correspondientes”. Esto, según el Gobierno, busca garantizar el flujo de divisas en un contexto de necesidades fiscales.
Mientras el campo evalúa el alcance real de estas medidas, desde el Gobierno aseguran que seguirán trabajando para reducir la carga impositiva. “Vamos a seguir bajando impuestos, pero sin comprometer nunca ese orden macroeconómico”, concluyó Caputo, quien aseguró que “la recaudación está aumentando justamente producto de que la economía está creciendo”. Resta por ver si estas políticas serán suficientes para contener el descontento del sector agropecuario y generar la competitividad prometida.