Hurlingham: ¿La madre de todas las batallas?

Por Nahuel Palomo

El distrito, con una población de 186.721 habitantes y un poco más de 160 mil electores habilitados, oficiará de escenario de un enfrentamiento político que siempre estuvo implícito, pero nunca se concretó en las urnas. El tradicional PJ bonaerense y La Cámpora.

Desde fines de la década del 90, la centralidad del conurbano bonaerense en la política nacional ha generado que toda la dirigencia prestara atención a lo que allí sucede

La historia cuenta que la noche en la que asumió su presidencia, Néstor Kirchner le consultó a Julio de Vido qué haría en la mañana siguiente. “Voy a ir a La Matanza”, respondió el ministro. Ante el asombro del santacruceño, agregó: “Ya hay que empezar a disputarle el poder a Duhalde. Para eso, hay que ir por el conurbano”. La bendición que recibió Kirchner por parte del ex gobernador de la provincia de Buenos Aires le permitió acelerar el camino presidencial que tenía como objetivo las elecciones del 2007, y no las del 2003 como finalmente se concretó. Sin embargo, el nuevo presidente sabía que debía generar volumen político propio si, entre sus planes, se encontraba desarrollar un programa gubernamental propio con un liderazgo firme.
Desde fines de la década del 90, la centralidad del conurbano bonaerense en la política nacional ha generado que toda la dirigencia prestara atención a lo que allí sucede, diagramando sus estrategias electorales en pos de su electorado y sus intereses. Es difícil imaginar Diciembre de 2001 prescindiendo del rol del estallido social en el conurbano bonaerense y los posteriores conflictos que se produjeron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Con estos antecedentes, se puede afirmar que este territorio es observado con lupa si de inestabilidad económica y social se trata.
Kirchner supo ver en los intendentes aliados estratégicos para la construcción de legitimidad y gobernabilidad, para lo cual debió dotarlos de recursos económicos y visibilidad política a nivel nacional. Los emergentes desafíos de las ciudades del siglo XXI colaboraron en la nueva agenda local, que fue completando la mera administración del alumbrado público, barrido y limpieza con la organización de obras públicas de gran envergadura. Con su estructura municipal y la cercanía con el territorio, se convirtieron en guardianes de votos, legitimadores de políticas públicas y sujetos de influencia política por fuera de sus propios muros locales.
Desde su segundo mandato como presidenta, Cristina se apoyó en la organización que en su momento era dirigida por jóvenes, La Cámpora, pero que hoy en día ya es conducida por cuadros políticos con experiencia en la administración pública. Así como la relevancia e influencia de los intendentes fue en alza bajo la conducción estratégica de Néstor, La Cámpora corrió la misma suerte con la actual vicepresidenta. Empoderados los intendentes, su lealtad no fue absoluta a la figura de Cristina, para lo cual basta recordar los acercamientos que estos produjeron con el Frente Renovador del 2013/14, hasta el punto en el que algunos hicieron el traspaso al espacio del hoy candidato a presidente, Sergio Massa. Más cercano en el tiempo, el Grupo Esmeralda liderado por Martín Insaurralde dio fé de la intención de terminar con el liderazgo de Cristina.

Cámpora e Intendentes. Dos sujetos que tomaron relevancia política durante el kirchnerismo con diferentes líderes, pero con la misma finalidad

Oficiar de aliados en busca de una musculatura política que permitiera afrontar los desafíos programáticos que la conducción propusiera. Si quedaban dudas de la importancia del conurbano bonaerense en la estructura kirchnerista, la alianza Máximo-Insaurralde, mediante la cual, en el 2021, el hijo de la vice se hizo de la presidencia del PJ bonaerense, terminaron de despejarlas. Desde el sector de los intendentes, liderados por el de Lomas, dirán que lo beneficioso de esa alianza reside en la contención que se le da a La Cámpora y que su convivencia permite que no avancen sobre sus distritos, mientras que desde “la orga” manifestarán que esto les permite incursionar en el territorio mediante “el camino largo”. Curso acelerado del conurbano para Kirchner. Resguardarse el territorio para los intendentes. Hoy por hoy, no hay pasillo de palacio municipal que no narre las internas y disputas de poder territorial que vienen desarrollando “la orga” y “los barones”.
Si el cuestionamiento que La Cámpora recibía era ser una organización política sin territorio propio, la victoria de Mayra Mendoza en Quilmes en 2019 sepultó esos dichos y les otorgó el primer distrito camporista de la primera y tercera sección electoral. Sin embargo, esa elección se dio entre el intendente PRO, Martiniano Molina, y la dirigente kirchnerista, no entre un tradicional intendente del PJ y “la orga”. Después de tantas idas y vueltas, de amagues en muchos distritos, disputas y declaraciones, Hurlingham es el primer distrito del conurbano en donde un precandidato a Intendente de la organización de Máximo Kirchner pretende ganarle la intendencia a un PJ puro como Juan Zabaleta.
En el 2019, Damian Selci fue elegido como primer concejal de la lista encabezada por Zabaleta. Para el 2021, el Intendente se tomó licencia para asumir como Ministro de Desarrollo Social de Nación, por lo que Selci asumió el interinato de la intendencia. Desde ese momento, la interna se profundizó, las renuncias de funcionarios se hicieron presentes, la discusión por el dominio territorial se acentuó, el cambio de empresas contratistas se hizo presente, las declaraciones públicas de ambos lados crecieron, las sesiones en el concejo deliberante subieron su tono y la apropiación política de las obras fue común. Luego de duras críticas a La Cámpora, a su referente y de intentar construir un “albertismo” que jamás se dio como tal, en el 2022 Zabaleta debió acordar con la familia Kirchner los términos y condiciones de su regreso al municipio. Su vuelta se concretó, pero sabiendo que le iban a disputar la interna en el 2023.
Zabaleta y Selci tendrán que ir a una interna para ver quien es el candidato oficialista de Unión por la Patria que se enfrente en las elecciones generales a Lucas Delfino, representante de Larreta en el territorio del oeste. Esta elección es vista de reojo por un sector importante del grupo de los intendentes, dado que es la primera vez que “la orga” le disputa con un candidato propio a un intendente del PJ. No hay dudas que al día siguiente de la paso, dependiendo el resultado, las tribus mostrarán el valor de sus estructuras.

Zabaleta y Selci tendrán que ir a una interna para ver quien es el candidato oficialista de Unión por la Patria

La elección será un termómetro para los dos sectores que disputan el mismo territorio político: el conurbano. Jefes territoriales y camporistas ven en Hurlingham la previa de lo que puede suceder a futuro, pensando en el 2025 y 2027. Dependiendo quien gane la interna, los argumentos para avanzar sobre los intendentes o para dimensionar el poder de sus estructuras municipales variarán. El caso podrá servir de puntapié de cara a internas o servirá de limitante para el accionar futuro. Será la madre de todas las batallas. Para bien o para mal, según la tribu desde la que se lo vea.