Marcelo Bomrad es candidato en representación de América del Sur. Sus principales propuestas son “blindar” el derecho de ciudadanía para quienes tienen sangre italiana, agilizar los trámites en los consulados y permitir el tránsito académico.
Sus principales propuestas son “blindar” el derecho de ciudadanía para quienes tienen sangre italiana, agilizar los trámites en los consulados y permitir el tránsito académico
Este mes se renueva el Parlamento italiano, tras el adelantamiento de elecciones dispuesto por la anunciada dimisión del primer ministro Mario Draghi. Y hasta el día 15 se puede votar por sobre cerrado para elegir dos diputados y un senador en representación de América del Sur. Marcelo Bomrad es candidato a senador por La Lega, dentro de lo que, según se espera, conforme la coalición de gobierno.
En esa condición, salió a recorrer el país para formular sus propuestas, hacer notar las ventajas que supone el hecho de integrar una alianza de partidos fuerte, y alentar a los ciudadanos italianos a que ejerzan su derecho a voto, para impedir que la elección se dirima por escasos sufragios y a favor de candidatos con escasa representatividad.
Puso de relieve en primer término el peso de la provincia de Santa Fe en la comunidad ítalo-argentina, la más grande del planeta, y que como tal cuenta con uno de los nueve consulados en el país, el de Rosario.
«En Argentina hay un millón de italianos; el es el país que más italianos tiene, después de Italia. Y son los únicos dos países en el mundo donde más del 50 % de la población tiene sangre italiana, que aquí se traduce en más de 20 millones de argentinos», resumió.
Esta circunstancia hace que sea especialmente importante la principal de las cuestiones que impulsa dentro de su campaña, y que se nutre de una coincidencia de intereses marcada y especialmente actual entre italianos y argentinos: la ciudadanía.
«En Argentina hay un millón de italianos; el es el país que más italianos tiene, después de Italia. Y son los únicos dos países en el mundo donde más del 50 % de la población tiene sangre italiana, que aquí se traduce en más de 20 millones de argentinos»
En todos los países de Europa, se rige por el ius sanguinis, que la otorga a quienes sean descendientes de italianos, vivan donde vivan. A diferencia del ius solis, que rige en nuestro país y, en general, en países receptores de inmigrantes, donde se otorga por el lugar de nacimiento o residencia. En cuanto al ius sanguinis, en Italia además es ilimitado. «Si uno puede demostrar la relación con una persona que nació después del 17 de marzo de 1861 -que es cuando Italia se forma como país-, es italiano. Es así de automático», argumenta Bomrad.
Y añade: «En estos momentos, Italia tiene un problema grave, que es la tasa de natalidad negativa. Es la más baja de Europa, y en Italia es su récord histórico. En otras palabras, la población de Italia se está encogiendo. Y aquí hay un problema político, que se está discutiendo en estos momentos, acerca de qué inmigración hace falta.