Pocas horas después del asado en Olivos para festejar el veto a la ley de movilidad, las fuerzas de Seguridad desalojaron otra movilización en el Congreso. Más de 600 jubilados insistieron con el reclamo del aumento en los haberes y la restitución de la cobertura del PAMI.
Hubo al menos 10 heridos con lesiones químicas, entre ellos la diputada nacional Vanina Biasi
El Gobierno Nacional instauró una nueva práctica: reprimir a jubilados. Como cada miércoles desde hace un mes, las fuerzas de seguridad desalojaron con gases lacrimógenos, armas de fuego con postas de goma y bastonazos una nueva movilización en los alrededores del Congreso. Pocas horas después del asado en Olivos con los diputados que garantizaron el veto del presidente Javier Milei a la Ley de movilidad jubilatoria, volvió la violencia frente al Parlamento por cuarta semana consecutiva.
Un grupo de 200 efectivos de Infantería y de Detención de la Policía Federal reprimió a más de 600 jubiladas y jubilados que circulaban alrededor del Congreso para pedir un aumento de emergencia, la recomposición de los haberes y la restitución de la cobertura de los medicamentos al 100% del PAMI y el resto de las obras sociales. Mientras marchaban por la avenida Entre Ríos, la policía inició el operativo con empujones y gases.
“Tengo 30 años de militancia, me han gaseado muchísimas veces, pero nunca un gas me quemó como éste. Es impresionante lo que me está quemando, siento una quemazón terrible en la piel”, afirmó la legisladora del Partido Obrero
El presidente del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA Argentina), Esteban Chalá, le confirmó a Página/12 que atendieron a una decena de personas afectadas por el spray de gas pimienta, que fueron atendidas en el lugar sin derivación a hospitales. “Había personas de 80 años tiradas en el piso por un operativo intempestivo y absurdo, otra vez a 20 metros de que desarmaran la movilización», agregó la diputada en diálogo con la radio AM 750.
La violencia de cada miércoles
Las marchas de los miércoles no son una novedad, se hacen desde septiembre del año pasado, cuando eran alrededor de 15 0 20 jubilados que reclamaban mejores ingresos, pero desde que La Libertad Avanza llegó al gobierno, la cantidad de jubilados y jubiladas aumentó considerablemente ante el deterioro de su calidad de vida. Lo que sí es una novedad es la represión constante que instaló la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sobre este grupo vulnerable: es la cuarta semana en la que son atacados, con el antecedente brutal de febrero cuando también fueron golpeados durante el tratamiento de la Ley Bases.
Rubén Cocurullo, de 76 años, estuvo ahí, igual que el resto de los miércoles. Entre empujones, le preguntó a una mujer policía de no más de 30 años por qué estaba ahí. “Cuándo llegás a tu casa y tus hijos te preguntan que hiciste en el Congreso, ¿Qué les contestás?, ¿Que reprimiste a una persona que podía ser su abuelo?”, lanzó al aire el presidente de la agrupación Jubilados Insurgentes. La pregunta retórica no tuvo más que un cabeceo debajo del casco como respuesta.
Cocurullo no tiene miedo, ¿Cómo no voy a luchar? Yo no me puedo quedar en mi casa mirando la televisión si no llego a la canasta básica”
Los reclamos
Uno de los reclamos del Plenario de Trabajadores Jubilados es un haber mínimo de 950.000 pesos que contemple la canasta básica de los adultos mayores, que incluye elementos diferentes a las que se toman en cuenta para las mediciones del INDEC. Además, piden retrotraer la decisión del PAMI de eliminar 44 medicamentos del listado de cobertura al 100% y un aumento de emergencia. Según un informe de HelpAge International Red Global Argentina, el impacto de la pobreza en las personas mayores afecta al 73% de la población adulta de más de 61 años. “Han cambiado sus hábitos, dejaron de comprar medicamentos esenciales y modificaron sus hábitos alimentarios, algunos están haciendo una comida por día”, explicó Silvia Gascón, referente de la organización y directora de la Maestría en Gerontología de Isalud.
Otra de las personas reprimidas fue Nora Biaggio, integrante del Plenario que ya lleva más de 1600 actos en el Anexo del Congreso de la Nación, una práctica que iniciaron en la década del 90.
“Ya es algo habitual reprimir a los jubilados porque no nos callamos la boca, pero esto lo que genera es más bronca”, dijo
La mujer agregó que si bien teme por su salud, seguirá manifestándose: “Por supuesto que me da miedo, un golpe mal dado para nosotros puede ser mortal, nos puede generar una reacción alérgica o peor. Somos personas llenas de dolencias, pero esta represión no nos va a frenar porque estamos mal”, agregó.
Para el próximo viernes 20 se planea un acto en Plaza de Mayo para conmemorar el Día del jubilado y la jubilada. Habrá una radio abierta a las 16 horas y un acto a las 17, al que esperan que asistan otros sectores de la sociedad. Además, este miércoles se hicieron movilizaciones en distintas ciudades del país como Rosario, Mar del Plata, Córdoba, Salta y Neuquén, entre otras. “Esto está creciendo cada vez más, hay réplicas en toda Argentina”, agregó Biaggio.