La trayectoria de la vinculación tecnológica de CEDyAT nos enseñó que el éxito de la transformación digital en el sector público reside en contar con la participación de todos los integrantes interesados, habilitando un sistema de comunicación y coordinación multidireccional.
Es un deber y una obligación de la administración pública poner a disposición de los ciudadanos y empresas todas aquellas mejoras tecnológicas que permitan una mejor prestación del servicio en niveles de seguridad, eficiencia, racionalización del gasto y sostenibilidad. La digitalización de la sociedad avanza a pasos cada vez más grandes, y el hecho de que la administración pública no pueda quedarse atrás hace cada vez más necesario prestar servicios públicos innovadores.
En salud, educación, transporte, seguridad, medio ambiente, servicio social, etc., una transformación digital puede alcanzar mejoras concretas como mayor eficiencia, efectividad y transparencia, que traen beneficios recíprocos
En ese contexto, con una población cada vez más digital, se espera que las administraciones públicas hagan un uso eficiente de los recursos y que se apoyen en las tecnologías para prestar servicios públicos de una manera eficiente, eficaz, fiable, de calidad y bajo el paradigma de la racionalidad económica y sostenibilidad en el más amplio de los sentidos de su definición. En estos tiempos electorales la ciudadanía observará atentamente, en definitiva, aquellos candidatos/as que tengan como propuesta una gestión pública ágil, eficiente, colaborativa y experta que lidere la estrategia definida en un plan de trabajo con un foco claro en la consecución de resultados.
Como tecnólogos sabemos bien que en cada ámbito del actuar del sector público hay oportunidades para la transformación digital.
Dada la necesidad de promover una visión de conjunto, de coordinar una multiplicidad de actores de dentro y fuera del gobierno, de crear y operar una gama amplia de servicios horizontales, de impulsar y operacionalizar cambios normativos y de prestar asistencia técnica a muchas instituciones públicas, es imprescindible contar con el conocimiento de las instituciones que han sido habilitadas por el Poder Ejecutivo Nacional como Unidades de Vinculación Tecnológica (UVT) que brindan asistencia técnica al Estado desde hace más de tres décadas ininterrumpidamente.
Entre los Programas Nacionales de Transformación Digital, se destaca el Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica – CEDyAT – que diseña junto con los Organismo públicos que demandan soluciones integrales, una estrategia sobre tres ejes concurrentes de trabajo:
• Los objetivos que se quieren lograr están definidos.
• Las acciones para conseguir los objetivos están calendarizadas – plazos concretos -.
• Los planes de asistencia técnica, comunicación, ciberseguridad, riesgos y monitoreo están alineados con las misiones y funciones del ente.
Es decir, gracias a esa normativa vigente, la UVT establece un diálogo público-privado de manera que las inversiones y adquisiciones de suministros y servicios sean más eficientes y económicamente rentables aplicando el criterio del beneficio fiscal a corto, mediano y largo plazo. Este modelo de relación facilita la participación del sector privado – auxiliares tecnológicos – en el diseño e implementación de los objetivos propuestos, y al Estado le permite aprovechar el conocimiento y la capacidad de innovación del equipo multidisciplinar que está más adelantado por la propia dinámica del desarrollo de las tecnologías disruptivas actuales.
Tanto las autoridades como las UVTs deben superar algunos condicionamientos normativos del sector público que tienen sus particularidades. Por ejemplo, en el ámbito TIC no siempre están definidos los alcances al realizar un proyecto. Razón por la cual un convenio con una UVT Ley 23.877 permite muchas veces utilizar esquemas más flexibles que esa normativa facilita hace tres décadas en diferentes organismos públicos que están en la vanguardia tecnológica del país. También en muchas ocasiones es menester movilizar recursos de manera muy rápida; por ejemplo, ante un escenario inflacionario.
es habitual que se necesiten procedimientos de articulación especiales institucionalizadas pero poco conocidas por el funcionariado que está alejado de la realidad tecnológica
En resumen, la ventaja invisible de establecer un convenio específico con una Unidad de Vinculación Tecnológica tanto para la incorporación de hardware o software como las de intangibles – conocimiento, personal, talento, experiencia probada, reconocimiento público, etc. – deben estar previstas en un plan de modernización estudiado y acorde a la estrategia global de la transformación digital del Ministerio, Organismo o Ente, particularmente en los nuevos escenarios de las tecnologías disruptivas. Lo importante es no demorar más.