Su principal objetivo es que JxC vuelva a ser gobierno en 2023. Macri sueña con una nueva gestión y, de paso, con el fracaso total del Frente de Todos.
El expresidente va de reuniones con empresarios, recorridas con vecinos y hasta apariciones públicas cada vez más frecuentes
La situación económica que se desencadenó tras la salida de Martín Guzmán sumada a las idas y vueltas en el Gabinete parecen haberle dado un nuevo aire a Mauricio Macri. El expresidente va de reuniones con empresarios a recorridas con vecinos (que remedan los viejos «timbreos») y a apariciones públicas cada vez más frecuentes. La última, en el predio de la Rural, terminó con aplausos y ovaciones de los presentes. Si bien en el entorno de Macri reconocen que ese es «su público» también destacan que el ex mandatario está pudiendo caminar el conurbano sin que lo insulten o lo echen. En el larretismo observan con atención las movidas del ex presidente, atentos a si decide finalmente lanzarse a una nueva competencia electoral. No obstante, aseguran que Horacio Rodríguez Larreta no está preocupado: tiene un plan y lo piensa seguir.
En las últimas semanas (incluso en las vacaciones), Macri no detuvo su actividad política. Hizo primero un experimento con el intendente de Lanús, Néstor Grindetti: fue sin avisar a Monte Chingolo a charlar con vecinos y vecinas y ver si lo recibían bien, si lo insultaban o si se tenía que ir corriendo. El expresidente, dicen, se quedó contento con la experiencia.
Tanto que la repitió en Ituzaingó. En la recorrida, lo filmaron mientras un canillita le negaba el saludo, video que se viralizó hasta lo imposible, a pesar de la estrategia de comunicación del exmandatario, que pasa por plantear -grosso modo- que la sociedad ya lo perdonó. De hecho, en su entorno, destacaron que tuvo buena respuesta de las personas que se encontró en esa recorrida (y también, admiten, unos cuantos insultos).
Pero sobre todo, Macri se quedó con algunas frases que le soltaron vecinas y vecinos de Ituzaingó: «Yo no lo voté en 2019, pero ahora lo votaría» o «Por favor, vuelva». Incluso, en su entorno, dicen que se está escuchando menos una queja que provenía no del detractor de Macri, sino de sus votantes enojados: «El kirchnerismo volvió por culpa de ustedes».
«Hay una reivindicación de su gobierno», interpretan en el entorno de Macri, que escribió su libro Primer tiempo, sobre todo, para intentar convencer al eventual lector de que hizo muchas cosas buenas que nadie le quiere reconocer. «Macri no está pensando en que él tiene que ser el candidato a presidente, sino en mantener la unidad de Juntos por el Cambio», es el mantra que repiten en su entorno.
Sostienen que su principal objetivo es que Juntos por el Cambio vuelva a ser gobierno en 2023. Macri sueña con una nueva gestión y, de paso, con el fracaso total del Frente de Todos, que quede expuesto como una suerte de alianza de conveniencia electoral. «Por eso acompaña a intendentes, está al lado de la gente. Va a hacer todo lo posible», dicen en su entorno.
«Macri no está pensando en que él tiene que ser el candidato a presidente, sino en mantener la unidad de Juntos por el Cambio»
También mantiene reuniones políticas y con empresarios, como la que tuvo la semana pasada en Bariloche, donde dijo que había que «retomar el rumbo iniciado en la década del noventa». Habla seguido con María Eugenia Vidal, que lo acompañó en una recorrida por La Plata que causó mucha polémica interna (el anfitrión fue Julio Garro, que se suponía que apoyaba a Larreta) y de vuelta estuvo con él en la Rural. También tiene conversaciones con los radicales: sobre todo, con Martín Tetaz o Alfredo Cornejo. Con Gerardo Morales, casi nada.