El jefe comunal pinamarense quedó envuelto en una polémica luego de convocar a la gente a denunciar a trapitos para detenerlos.
«Seguimos deteniendo trapitos a full, entre ayer y hoy detuvimos cerca de 15. Se agradece si nos ayudan avisándonos vía Ojos en Alerta. No se dejen extorsionar, en Pinamar los vamos a defender»
La publicación del intendente de Pinamar estaba acompañada por una foto en la que se ve a una persona apoyada contra un móvil de la Policía Bonaerense y a un uniformado revisándolo. Ahora, la Justicia deberá determinar si esto constituye un delito de acción pública.
El abogado y exfiscal de Morón Javier Ignacio Baños fue quien radicó la denuncia contra el joven mandamás del PRO. «De ser cierta semejante publicación», Yeza «podría estar cometiendo múltiples delitos» e incurrir en «faltas éticas e irregularidades administrativas», explicó el letrado. Baños consideró que la persecución y detención de los llamados trapitos puede implicar coacción agravada, abuso de autoridad, privación ilegal de la libertad e instigación a la violencia colectiva. También cuestionó la carga «peyorativa y discriminadora» del mensaje.
La denuncia no quedó ahí ya que Baños también le solicitó al Concejo Deliberante pinamarense que investigue los hechos y que evalúe «iniciar el proceso de remoción» del intendente. Sucede que el Código de Procedimiento Penal de la provincia de Buenos Aires establece que solo un juez de Garantías puede disponer de una detención (a pedido de un fiscal) por lo que el intendente estaría excediéndose en sus facultades. Estas acciones «rompen con el principio de división de poderes y constituyen un grave atentado contra el orden público constitucional de este estado», indicó el letrado.
el Código de Procedimiento Penal de la provincia de Buenos Aires establece que solo un juez de Garantías puede disponer de una detención (a pedido de un fiscal) por lo que el intendente estaría excediéndose en sus facultades
No es la primera vez que Yeza tiene conflictos con actividades que emergen con la llegada de turistas a su ciudad. El verano pasado la disputa había sido con vendedores ambulantes y sus correspondientes habilitaciones bromatológicas.
