Ante la propuesta de Javier Milei de reemplazar la obra pública por un modelo de participación público privada (PPP) “a la chilena”, la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) emitió un comunicado en repudio y adelantó que es un modelo “inviable” en un país como la Argentina, que ya tuvo una experiencia similar durante el gobierno de Mauricio Macri.
El empresario y presidente de CAMARCO bonaerense, Lucas Luciano, recordó cómo fueron las PPP de Macri y por qué no se puede utilizar en toda obra pública
“Queremos eliminar la obra pública yendo a un sistema de iniciativa privada a la chilena con wayouts a la peruana e incentivos a la Suiza. La paga el que la usa, y además son contratos de construir, operar y transferir”, explicó Milei en el programa de Eduardo Feinmann meses atrás.
El empresario constructor y presidente de CAMARCO bonaerense, Lucas Luciano, señaló que el tipo de inversión que plantea Javier Milei tiene viabilidad apenas “entre un 7 y un 10 por ciento de obra pública”, según estudios realizados por la Cámara.
Luciano, que advierte no estar en contra de las PPP, explicó que sólo se puede aplicar en obras muy puntales “porque necesita financiamentos bancarios, aportes y avales del tesoro con bonos; con algo que permita el repago”, cuando la mayoría de las obras de infraestructura que lleva adelante el Estado, como pavimentos, cloacas y cordones cuneta “no tienen un repago como para que un grupo inversor venga y plantee un PPP”.
Un modelo que ya fracasó: ¿Qué pasó con las PPP durante el gobierno de Macri?
Pero no es la teoría sino la experiencia la que hace al maestro, y sucede que un régimen similar ya se aplicó durante el gobierno de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, donde comenzaron a concesionar corredores viales a empresas privadas quienes debían financiar las obras a cambio de poder colocar allí sus peajes y recuperar la inversión.
El plan fracasó. En 2020, con la nueva gestión de Alberto Fernández y Axel Kicillof se dio a conocer que sólo avanzaron un 9,8 por ciento del total de obras a realizarse bajo esa modalidad y que, en muchos casos, las licitaciones y los contratos terminaron por vencerse acumulando fuertes deudas
“Tuvimos una concesión y en esa concesión hubo distintos tipos de contratos. En algunos, la empresa tenía que hacer una inversión y se repagaba con el cobro de peajes”, recordó Lucas Luciano, quien señaló que el problema es que “la gran mayoría de corredores viales necesita subsidios. Ninguno se autofinancia como para poder tener un repago”.