Villa G. Gálvez: la Asociación Civil «La Fábrica» exige que se declare la emergencia nacional en adicciones

La Asociación Civil fue escenario de un encuentro, enmarcado en el movimiento «Ni un pibe menos por la droga». Allí, referentes de distintas instituciones (incluso estatales) pidieron que se declare la Emergencia Provincial y Nacional en Adicciones.

en Rosario seis personas debieron ser hospitalizadas (uno de Villa Gobernador Gálvez) y en Buenos Aires y el Amba este nuevo flagelo se cobró 24 vidas

Desde la Asociación Civil La FábricaAtentos al incremento de consumo que hay, en el país y la región, de estupefacientes, los cuales «todos son adulterados», como dijo un dirigente de «La Fábrica», más allá de las internaciones y hasta muertes que hubo por consumo de cocaína directamente envenenada: en Rosario seis personas debieron ser hospitalizadas (uno de Villa Gobernador Gálvez) y en Buenos Aires y el Amba este nuevo flagelo se cobró 24 vidas.
Tras una mesa encabezada por el diputado Carlos Del Frade, la ex diputada Mercedes Meier y Ezequiel Nant, referente de La Fábrica, se juntaron en el galpón vecinos, familiares de víctimas y activistas de distintas instituciones de la sociedad civil. «La emergencia en adicciones debería implicar, a nuestro juicio, al menos una duplicación de los presupuestos destinados a esta problemática, tanto a nivel provincial como nacional, que son muy bajos en relación a las necesidades que se plantean hoy», dijo Nant a La Capital al final del encuentro. Y abundó: «Además, proponemos un plan integral que incluya y ponga en sintonía áreas como Desarrollo Social, Producción y Empleo a través de los ministerios, secretarías y direcciones correspondientes en todos los niveles del Estado».
Benítez quedó implicado por el hallazgo de una huella en el auto que utilizaron los asesinos de Rodrigo Sánchez.

«La emergencia en adicciones debería implicar, a nuestro juicio, al menos una duplicación de los presupuestos destinados a esta problemática, tanto a nivel provincial como nacional, que son muy bajos en relación a las necesidades que se plantean hoy»

A su juicio, hay que hace «un cambio radical, sustancial y significativo de rumbo. En nuestro país y en la región no sólo se incrementó el consumo, sino que además nos hemos convertido en productor y distribuidor con peso a nivel mundial de estas sustancias».
El reclamo va dirigido directamente a los poderes del Estado, pero el joven activista no dejó pasar los esfuerzos que se hacen desde la sociedad y sus distintas organización. En el caso de La Fábrica, que es el que le toca, afirmó que en ese lugar trabajan básicamente con jóvenes, con y sin adicciones, poniendo el acento «en el trabajo y la producción. Venimos desde hace cuatro años con chicos en general y con la idea de formarlos en oficios y darles las condiciones para su ingreso al mundo laboral y a la vida social y general». La Fábrica tiene talleres de carpintería, costura, arte y diseño, una escuela de boxeo, coreografía, exhibiciones, una huerta y una posta sanitaria. «Todo tiene que ver con la salud de los jóvenes», afirma.
Nant hace una aclaración: «Hoy no tenemos internados por drogas adulteradas, pero hay que tener presentes que todas lo están. Y frente a lo que ocurrió, tenemos que abrir un debate en la sociedad. Como nos pensamos como fábrica de futuro, tenemos que razonar hacia dónde queremos ir, no quedarnos con el dolor o la destrucción, sino con un proyecto. El nuestro es que los jóvenes sean los protagonistas de la recuperación industrial, de la producción, trabajamos con esa idea. Hace poco estuvimos formando a chicos en soldadura industrial, planteamos la posibilidad de producir barcazas. ¿Por qué, en (Villa Gobernador) Gálvez, donde tenemos industrias con puertos propios, no podemos producir las barcazas y generar el transporte de la marina mercante? Pero no hay idea de una vinculación entre la ciudad y el gran polo exportador que somos. Si no lo hacemos, os quedamos con la bolsa de polenta, y no queremos eso, queremos aportar al país con una visión de futuro. Si los jóvenes no se comprometen con un proyecto de país, será difícil seguir adelante», remató.
El comunicado de la convocatoria, que también se leyó ayer, afirma, que «el Estado destina hoy un 1, 47 por ciento del presupuesto de salud general para la totalidad de los problemas relacionados con la salud mental. En nuestra provincia se destina 30 pesos por habitante para abordar situaciones de consumo de sustancias. Y en Villa Gobernador Gálvez la carne, la leche y el pan salen más caros que una dosis de cualquiera de las drogas que nos muestran horrorizados hoy los medios».
Ariel Charras es médico y se especializa en prevención de adicciones. Tal cual lo publicó este diario, el profesional advirtió sobre la situación de «cientos de jóvenes que, tras haber terminado el secundario, no pueden ingresar al mercado laboral, y si lo hacen, comienzan a consumir otras drogas y bancan a los criminales. La jornada laboral de ocho horas y salario digno ya no se encuentra por la zona. En Villa Gobernador Gálvez hay 12.000 vecinas y vecinos que deambulan todos los días por comedores para conseguir un plato de comida, derecho humano básico que hoy el Estado aporta para llenar un tercio de la primer olla del mes, cuando tendría que ser el principal garante».

«cientos de jóvenes que, tras haber terminado el secundario, no pueden ingresar al mercado laboral, y si lo hacen, comienzan a consumir otras drogas y bancan a los criminales»

En resumen, los espacios e instituciones que participan en «Ni un pibe menos por las drogas», piden la declaración inmediata de la emergencia nacional en consumo de sustancias y adicciones; la creación de dispositivos estatales de contención, acompañamiento y tratamiento en consumo de sustancias y adicciones acompañando la nueva ley de salud mental; la implementación de la ley de salud mental en todo el territorio nacional; que se «triplique» la asistencia a entidades deportivas, culturales, expresiones artísticas que trabajen con jóvenes que atraviesen situaciones de consumo problemático de sustancias, y «el control de nuestro río, para así también tener control de lo que entra y lo que sale en comercialización».