La Vicepresidenta quiere demostrar que no está solamente para “tocar la campanita” del Senado, como maliciosamente quieren instalar algunos voceros de Balcarce 50 para bajarle el precio.
Con autonomía del Gobierno y desmarcándose del estilo confrontativo del presidente, la vicepresidenta apunta a descomprimir tensiones en base al «diálogo» y la «negociación»
Saben que la ex diputada nacional de La Libertad Avanza está sentada en el banco de suplentes dispuesta a asumir la máxima responsabilidad en caso de ser necesario, y que no tiene ningún escrúpulo en mostrarse como posible “rueda de auxilio” ante algún imponderable de fuerza mayor.
Mientras el presidente se muestra intransigente y verborrágico contra todo actor del sistema político que desafíe su autoridad y decisiones, la vicepresidenta busca representar la cara del diálogo y la concertación del Gobierno.
Desde la ciudad correntina de Yapeyú que visitó en ocasión del 246 aniversario del natalicio de San Martín, Villarruel pidió unidad a los argentinos “en estos momentos tan difíciles” e instó a la “cohesión para sacar nuestro país adelante”.
«En esta tierra soy correntina y todos nosotros, argentinos, en estos momentos tan difíciles de la República Argentina, tenemos que estar cohesionados y aunados para sacar nuestro país adelante y para ayudar a nuestros compatriotas que más están sufriendo», sostuvo en su mensaje.
“Estamos aquí dando testimonio de lo que los argentinos son capaces cuando se unen, cuando tienen un objetivo claro y cuando solo los guía el amor a la patria”, expresó
A su vez, aseguró que «el General San Martín es un ejemplo de patriotismo y de entrega» y que junto con su «ejemplo de vida, son algo que tienen que inspirarnos día a día para ser mejores argentinos».
El mensaje de Villarruel se enmarca en el conflicto abierto entre Milei y la totalidad de gobernadores del país, en particular con el chubutense, Ignacio “Nacho” Torres, quien advirtió que desde este lunes no enviaría ni un solo barril de crudo más si el Gobierno no da marcha atrás con su decisión de retener fondos coparticipables que correspondían a la provincia patagónica.
El ultimatum de Torres recibió la solidaridad de todos los mandatarios provinciales, tanto de los diez de Juntos por el Cambio (incluyendo al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri) como de los gobernadores peronistas (incluyendo al bonaerense, Axel Kicillof).
Pese a tener a casi todo el espectro político en contra, Milei siguió despotricando contra Torres y Patricia Bullrich fue la única dirigente política de relieve que se puso de su lado en el pleito.
El sábado por la noche la titular del Senado había participado junto al gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, de la inauguración de refacciones realizadas en el Museo Sanmartiniano ubicado en un predio del Ejército y posteriormente intervino en una vigilia tradicional que se celebra con espectáculos musicales.
El viernes, Villarruel protagonizó una polémica al ordenar el retiro de un busto del ex presidente Néstor Kirchner del Salón de las Provincias de la Cámara alta, lo que le trajo una fuerte discusión con La Cámpora y el kirchnerismo.
“No fue senador, no fue vicepresidente y yo no soy su viuda”, argumentó la titular del Senado
La respuesta de la agrupación liderada por Máximo Kirchner llegó al cabo de la sesión preparatoria en la que se ratificaron las autoridades.
A través de redes sociales, La Cámpora divulgó un comunicado en el que acusó a Villarruel de ser «viuda de Videla», en alusión a que la vicepresidenta visitaba a los represores condenados por crímenes de lesa humanidad en la cárcel.