Por Rolando Matkovic, Especialista en IT y Digitalización de Documentos del CEDYAT.
El acceso a la información permite garantizar servicios públicos de calidad, algo estrechamente vinculado con la gobernabilidad y la transparencia del Estado.
Cada vez es más frecuente escuchar sobre soluciones que utilizan por ejemplo Inteligencia Artificial, Blockchain, Big Data, Internet de las cosas, entre otros
La información compartida desde la gestión pública permite preservar derechos y libertades de los ciudadanos, a la vez que reduce las desigualdades e inequidades dentro de la sociedad.
El día internacional del derecho al acceso a la información nos recuerda la importancia de todo lo mencionado, más aún en la era de la economía del conocimiento en donde la transformación digital global que estamos transitando después de una dramática pandemia está expandiéndose rápidamente en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Las novedosas herramientas digitales son disruptivas y están acelerando este proceso permitiendo digitalizar y automatizar diversos aspectos de la actividad humana. Cada vez es más frecuente escuchar sobre soluciones que utilizan por ejemplo Inteligencia Artificial, Blockchain, Big Data, Internet de las cosas, entre otros. Estas herramientas disruptivas cambiarán no sólo la forma en la que trabajamos, nos informamos y educamos sino también cómo nos relacionamos con el Estado.
Nos encontramos ante un profundo quiebre que impactará en todos los sectores de nuestra sociedad, la industria, la educación, el sector de servicios y principalmente al Estado, impulsada por una fuerte demanda de cambio que provendrá desde diferentes sectores de la sociedad.
Es importante tener en cuenta el uso generalizado de dispositivos móviles inteligentes por una gran parte de la población de Argentina (aproximadamente 37 millones de usuarios), lo que permite mantener un mejor dialogo con el sector público mediante diversas plataformas digitales que están a disposición, a la vez que aumenta la demanda de todo tipo de servicios por dicho medio.
A partir de este contexto social, cada vez más digital, la pregunta que surge es qué necesita el Estado para estar a la altura del desafío que se aproxima, ¿podrá garantizar el acceso universal a la información dentro de un modelo de gestión de gobierno electrónico e inteligente?
Diferentes gobiernos han implementado acciones en ese sentido en los últimos años, y pueden verse resultados visibles como la firma digital, la gestión electrónica de documentos, plataformas que permiten validar la identidad de los ciudadanos y realizar infinidad de trámites de forma remota. Estas soluciones han permitido mejorar la calidad y velocidad de muchos trámites en el Estado, sin embargo, queda mucho por hacer todavía.
Para poder garantizar una gestión eficiente y transparente del estado es necesario avanzar de manera acelerada hacia una digitalización de procesos administrativos más amplia, que abarque cada uno de los poderes en sus diferentes niveles de gestión. El papel todavía sigue siendo soporte de información que no ha sido reemplazado en su totalidad por su equivalente digital, en muchos ámbitos todavía sigue siendo el soporte principal de la información, pero irremediablemente el papel tendrá que convertirse a un formato digital para sumarse a un modelo de información abierto a los ciudadanos y que permita incorporarse en los sistemas de gestión electrónica del Estado. Este proceso de transformación digital deberá planificarse para que pueda adaptarse a nuevas necesidades de una sociedad que se encuentra cada vez más interconectada digitalmente.
Para poder garantizar una gestión eficiente y transparente del estado es necesario avanzar de manera acelerada hacia una digitalización de procesos administrativos más amplia, que abarque cada uno de los poderes en sus diferentes niveles de gestión
La producción masiva de datos, que por su naturaleza genera el Estado, va en aumento y debe ser convertido en información con formato digital para potenciar su uso tanto interno como externo. Los organismos públicos necesitarán implementar nuevas soluciones tecnológicas complementando con nuevas instituciones que faciliten el uso de información generada para poder adaptarlo a las necesidades de cada grupo social o individuo.
El cambio digital en proceso implicará una generación de datos cada vez mayor, siendo el Estado uno de los mayores productores de información, millones de documentos, imágenes, y una diversidad enorme de datos no estructurados que podrán ser indexados y clasificados a un costo operativo bajo mediante inteligencia artificial, combinado con técnicas de Big Data. Estas herramientas permitirán acceder a una inmensa cantidad de información que estaba en poder del Estado pero que no era visible por encontrarse en papel, o bien no estaba identificada imposibilitando un procesamiento de forma inteligente con los medios tecnológicos tradicionales, este nuevo escenario abre la posibilidad de alcanzar un Estado que aplique inteligencia a sus procesos para uso interno, y habilite un acceso a la población de una manera más eficiente.
En este escenario de cambio digital es conveniente que el Estado cuente con un plan de digitalización transversal, que permita establecer políticas de largo plazo y convertir información que todavía está soportada físicamente, o que no ha podido ser procesada digitalmente, para poder recuperar información valiosa aplicando herramientas automatizadas de análisis de datos con inteligencia artificial, y agregándole mayor valor a la gestión del Estado, a la vez de facilitarle el acceso a la información a todos los ciudadanos.