A través de la Resolución 5642/23, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires creó el programa Cuidar a quienes Cuidan. Se trata de una iniciativa que apunta a terminar con la violencia que sufre el personal del ámbito de la salud pública, problemática que venía profundizándose en el último tiempo.
El gobierno bonaerense oficializó la creación de un programa pensado para frenar la violencia en el ámbito de la salud pública
El programa que salió aprobado en el Boletín Oficial habla de articular acciones con la Red Sanitaria de Abordaje Integral de las Violencias y con otros equipos y programas del área de Salud Mental, Consumos Problemáticos y Violencias en el Ámbito de la Salud.
Según se precisó, el objetivo es promover una cultura institucional libre de violencias en el ámbito de la salud pública. Para esto, van a abordar aquellas «situaciones de conflicto y malestar» que se presenten en los efectores de salud.
El programa propone «implementar prácticas de cuidado integral» de todas las personas que trabajan en instituciones de salud bonaerenses. Habrá equipos interdisciplinarios en cada región sanitaria abocados a estas tareas. En principio, intervendrán mediante «grupos de reflexión», pero no descartan otro tipo de acciones «en función de la problemática emergente».
La violencia en los hospitales en números
La Federación Médica de la provincia de Buenos Aires (FEMEBA) viene reclamando que se aborde esta problemática desde hace tiempo. Es, según relevamientos propios, los episodios de violencia sufridos por personal sanitario aumentaron un 110% en 10 años.
De acuerdo a un relevamiento hecho en junio de este año, el 35% de los encuestados dijo haber sufrido un episodio de violencia sanitaria en los últimos 12 meses.
El 75% de esos casos tuvieron que ver con violencia verbal por parte del paciente y el 67% sucedió en instituciones de salud públicas
La encuesta también refiere que el 73% de los profesionales de la salud agredidos no recibió entrenamiento para abordar estos episodios o para prevenirlos. Además, el 63% de los encuestados reconoció que no recibió capacitaciones para comunicarse de manera eficiente tanto con pacientes como con sus familiares.