Francos en la mira de otra interna libertaria

Pases de factura del «triángulo de hierro» por su postura ante el decreto de restricción a la prensa. La llamada con Adorni, la internación y los achaques por las derrotas en el Congreso.

El Jefe de Ministros se vio obligado a confirmar que continúa en el cargo en medio del rumor de su salida

Las internas dentro de La Libertad Avanza no tienen descanso. El jefe de gabinete, Guillermo Francos, que fue dado de alta este lunes por la tarde luego de estar internado desde el domingo por un cuadro gastrointestinal, salió de la clínica, bajó la ventanilla de su auto, y ante la pregunta sobre si continuará en el cargo dijo: «si, si, continúo». La duda sobre su posible eyección del gabinete creció en las últimas horas por un enfrentamiento que tendría con el asesor estrella del Presidente, Santiago Caputo. En Casa Rosada, cuando son consultados sobre la continuidad de Francos intentan bajar el tono del conflicto, pero sin embargo remarcan que «nadie es imprescindible».
La gota que colmó el vaso fue lo que ocurrió luego de la publicación del decreto 780/2024 que reglamentó la ley 27.275 de acceso a la información pública. Ese texto firmado por Milei –y por el propio Francos– generó revuelo en la oposición, incluso entre los aliados del Gobierno. El PRO, la UCR y Encuentro Federal pusieron el grito en el cielo cuando lo vieron publicado y hasta lanzaron comunicados en contra con fuertes críticas. En ese contexto, cuando la semana pasada el jefe de gabinete fue a la Cámara de Diputados a dar su informe de gestión, fue consultado por el decreto por distintos legisladores y dijo: «Modificaremos el decreto si fuera necesario, haremos las consultas, estamos dispuestos a analizarlo».
Desde otros sectores de la Casa Rosada más ligados a Santiago Caputo y a Karina Milei, en cambio, insistían con que eso no ocurriría y remarcaban que no iban a modificarlo. Fue por eso que en la conferencia de prensa que el vocero Manuel Adorni dio el viernes en Casa Rosada desmintió al jefe de gabinete y disparó: «Nosotros siempre estamos dispuestos, a que, si tenemos que modificar algo, modificarlo. No va a ser este el caso». Luego, mencionó puntualmente a Francos: «Entiendo que lo que quiso expresar fue que estamos dispuestos a hacer cualquier modificación de la ley o de cosas que estén mal, pero no es este el caso en el que va a ocurrir».

El llamado de Francos enfurecido
Tras las declaraciones matutinas que Adorni hizo el viernes, Francos no fue a la Casa Rosada. Se quedó en su departamento todo el día y, enfurecido, decidió levantar el teléfono para llamar a Adorni. El jefe de gabinete, muy enojado, repite ante distintos interlocutores que está cansado de que lo desautoricen y que lo «boludeen». Además, él y otros ministros como Sandra Petovello, de Capital Humano, vienen masticando bronca hace meses porque dicen que Santiago Caputo les da órdenes y toma decisiones, pero «no tiene firma» y, por ende, tampoco tiene las responsabilidades con las que carga cualquier funcionario público.

Francos deslizó alguna de estas críticas en una entrevista que dio el mismo viernes, pero por la noche, con el periodista Eduardo Feinmann. Dijo que él tenía «rango constitucional», marcando la diferencia con Caputo, cuyo cargo es de «asesor contratado»

La relación habría empezado a desgastarse por pases de factura que desde la cúpula libertaria hicieron a espaldas de Francos después de las tres derrotas legislativas que hubo hace un par de semanas en el Congreso de la Nación: el rechazo del DNU para los fondos reservados de la SIDE en Diputados; la pérdida de la presidencia de la comisión bicameral de Inteligencia y la ley de movilidad jubilatoria. Cerca del triángulo de hierro desmienten estas versiones, pero lo cierto es que Francos acumuló bronca.
En los pasillos de Casa Rosada algunos dicen: «Al final no tenía tanta experiencia legislativa», y agregan: «Si la victoria es tuya –por la Ley Bases– la derrota también». El tema fue escalando y hay quienes empezaron a ver con malos ojos al jefe de gabinete. «Francos es muy político, pero esa filosofía con este gobierno rupturista no va», comentan en los pasillos de Balcarce 50 y ponen como ejemplo el discurso que el jefe de los ministros dio hace unas semanas en un encuentro de ADEPA. Allí criticó el uso que hacen desde el gobierno de las redes sociales. «Dividen a la sociedad», dijo sobre los trolls, y cuestionó: «Atacan desde el anonimato». «Se volvió zurdo», se rieron algunos en ese momento y otros dijeron: «Dejó a los de ADEPA contentísimos, pero no es la línea del gobierno».
«Este conflicto lo escaló Francos», disparan cerca del Presidente y recuerdan que no era la primera vez que lo desautorizaban. El problema, marcan, «es que estaba enojado por cosas de antes y explotó». En el gobierno consideran que lo que dijo Francos en el Congreso «fue un error por contestar automático», y que después le molestó la desautorización pública y se sintió ofendido.

«Este conflicto lo escaló Francos», disparan cerca del Presidente y recuerdan que no era la primera vez que lo desautorizaban»

En su entorno trataron de bajarle el tono al problema. Dicen que «todo fue una serie de malos entendidos», y que no estaba la intención de modificar el texto. Caputo y Francos intercambiaron unos mensajes de Whatsapp el fin de semana y acordaron que iban a reunirse el lunes. El domingo el jefe de gabinete fue internado y el encuentro no se concretó. «Para nada», dicen escuetos cerca del asesor cuando son consultados por el supuesto enfrentamiento.

La reunión con los diputados aliados
Este lunes Francos también iba a recibir en su despacho de Casa Rosada al presidente del bloque del PRO, Cristian Ritondo, al presidente de la cámara de Diputados, Martín Menem, y a otros legisladores propios y aliados, pero, debido a la internación no pudo hacerlo. La reunión, sin embargo, no se suspendió. En su lugar estuvo el titular de la cartera de Interior, Lisandro Catalán, que subió a sus redes sociales una foto con él en la cabecera de la mesa y puso: «encabecé una reunión con diputados». No lo hizo solo. A su lado se ubicó la hermana del Presidente y secretaria general de la presidencia, Karina Milei. También estuvo Federico Sturzenegger, porque en teoría iban a hablar de la agenda legislativa, incluida la ley Hojarasca (ver aparte).
Además de hablar del veto a la movilidad jubilatoria y hacer el poroteo para la sesión del miércoles –la oposición intentará insistir con la norma y el Pro ya aseguró que ellos acompañarán a la Casa Rosada– se tocó otro tema sensible: el decreto de acceso a la información pública. Según comentaron los legisladores del PRO que estuvieron presentes, desde el oficialismo prometieron que durante esta semana se volverán a reunir por el tema –incluso desde el PRO solicitaron sumar a diputados de otros bloques como de la UCR y Encuentro Federal– y que estaban dispuestos a realizar modificaciones. «Ellos dijeron que sí, que lo haremos esta semana», comentaron a este diario los diputados de la bancada de Ritondo. Eso les habrían dicho Catalán y Menem. Karina escuchaba y miraba sin asentir ni opinar.
Cerca de Milei, más allá de lo que dijeron los diputados del PRO sobre la reunión, vuelven a decir que ellos no modificarán el decreto. «Escucharlos puede ser, pero no vamos a entregar a María Ibarzabal», subrayaron. Ibarzabal es quién estuvo detrás de la norma. Se desempeña como Secretaría de Planeamiento Estratégico y es amiga de la infancia de Santiago Caputo.