Responsables de energía y medio ambiente de una treintena de países se han reunido en la capital española para invocar una gran coalición climática como antesala a la COP28.
“no estamos en la senda de alcanzar los Acuerdos de París pero sí en condiciones de conseguirlo si aceleramos”
“No hay una conclusión acordada”, cuenta con transparencia la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera. Concluye sin conclusión conjunta la Cumbre Internacional (exprés) de Energía y Clima celebrada este lunes en el Teatro Real de Madrid como antesala a la COP28.
Pianos de cola mudos ante el trasiego de más de 35 responsables de energía y medio ambiente llegados de los cinco continentes para reconocer que, como dice la política española, “no estamos en la senda de alcanzar los Acuerdos de París pero sí en condiciones de conseguirlo si aceleramos”. En esto sí hay acuerdo: angustia y optimismo. Acelerar para frenar. Paradójico y urgente: corremos contra el tiempo y no podemos permitirnos la inacción ante la próxima cumbre del clima que se celebra a partir del 30 de noviembre en Dubái. Así es, si celebramos la Supercopa en Emiratos Árabes Unidos, por qué no jugar también allí este partido de dimensión global. En el reino del petróleo habrá que decidir si poner el freno definitivo a los combustibles fósiles o seguir como hasta ahora.
“Queríamos facilitar un debate que no se ha producido hasta la fecha con la intensidad que requiere”, señalaba Ribera, que organiza este encuentro dentro del turno de presidencia española en la UE y en colaboración con la Agencia Internacional de la Energía, cuyo director respalda a la vicepresidenta “La próxima COP28 es tan crítica como la de París en 2015”. Fatih Birol advertía así de la urgencia por seguir la Hoja de Ruta que la agencia que dirige acaba de presentar para llegar a 0 emisiones en 2050. Según este organismo dependiente de la OCDE, se puede alcanzar la meta de limitar el aumento de temperatura global en 1,5 ºC pero los compromisos tienen que ser globales y rotundos. Las claves para conseguir esta energía limpia –aseguran– son: triplicar las renovables para 2030, duplicar la eficiencia energética, despedirse de los combustibles fósiles e incentivar las energías limpias invirtiendo en la transición de los países en vías de desarrollo.
«corremos contra el tiempo y no podemos permitirnos la inacción ante la próxima cumbre del clima que se celebra a partir del 30 de noviembre en Dubái»
La transición justa no es un tema menor porque, como recuerda Ribera mirando a África, “no puede ser que los países en vía de desarrollo se queden atrapados en formas de energía fósil frente al despliegue de soluciones eficientes del mundo desarrollado. Requerirá un enfoque financiero”. Tampoco es baladí la cuestión económica, y la ministra española ha reconocido que la cifra de 100 mil millones al año que los países más ricos y responsables de casi el 75% de las emisiones habían asumido (y no han cumplido) para compensar planes de adaptación y mitigación en el sur global se queda corta. Es hora de que los bancos de ayuda al desarrollo, pero también el sector privado, integren la variable clima “para no tirar el dinero y poder garantizar que no se incrementa el problema”.
Muchas cuestiones en el aire, declaración de intenciones rotunda y el deseo de conseguir acuerdos globales y firmes. Octubre arranca con las temperaturas más altas registradas en la España peninsular y las expectativas por las nubes. Al terminar la jornada, recoger portáliles y cables, volvió a sonar la música de los ensayos que alberga el Teatro Real. Quizá esta cumbre exprés fue también un ensayo general, un simulacro para estar a la altura de la próxima función que se celebrará en Dubái.