El jefe de Gobierno brindó un discurso donde hizo un repaso de su gestión y anticipó los objetivos propuestos para 2023.
Este 2023 es mi último año de gestión en la Ciudad y, la verdad, es un momento muy emotivo para mí”
Inauguró el nuevo período de sesiones ordinarias de la Legislatura, con un discurso donde hizo un repaso de su gestión y anticipó los objetivos propuestos para 2023.
“Como cada año, vengo con una satisfacción profunda por las grandes transformaciones que venimos logrando juntos. Sin embargo, este es un año distinto y tengo que admitir que, además del entusiasmo, hoy también me invade un poco de nostalgia. Este 2023 es mi último año de gestión en la Ciudad y, la verdad, es un momento muy emotivo para mí”, reconoció Rodríguez Larreta ante el vicepresidente 1° de la Legislatura, Emmanuel Ferrario; legisladores de la Ciudad; e invitados tanto internacionales como nacionales; y distintas autoridades. Además, estuvieron especialmente invitados un grupo de 13 vecinos como ejemplo de lo que realmente son, los principales destinatarios de la gestión que transformó la Ciudad y le mejoró la vida a la gente.
Hubo una reflexión inicial: “Trabajé durante una década y media todos los días sin descanso para hacer que todos los que viven y visitan la Ciudad vivan cada día mejor. Desde el principio, encaramos una gestión ambiciosa. Nunca hicimos la fácil, siempre nos movieron los desafíos que creíamos necesarios. Y los enfrentamos con seriedad, compromiso, honestidad, responsabilidad y, sobre todo, trabajando de cara a la gente”.
Y se detuvo en un punto clave de su gestión: el bienestar de los vecinos: “Trabajamos junto a los chicos y los docentes para defender la educación, junto a las familias para que puedan vivir seguras, junto a los sectores productivos para que puedan trabajar más, y junto a cada persona para que pueda soñar con un futuro mejor. Cuando miro hacia atrás y veo lo que hicimos en casi 16 años. La satisfacción es emocionante. En 16 años de gestión le mejoramos la vida a la gente”.
“Trabajé durante una década y media todos los días sin descanso para hacer que todos los que viven y visitan la Ciudad vivan cada día mejor»
Hubo, de entrada, agradecimientos: “Primero, gracias a los porteños. Gracias por cada evento, reunión, recorrida y café compartido. Gracias por acercarse y contarme mirándome a los ojos qué necesitaban. Hoy algunos de ustedes están acá en el recinto en representación de los tres millones de porteños, acompañándome en la última rendición de cuentas que me toca hacer una vez más de cara a la gente, que es para quien trabajo incansablemente todos los días desde hace más de 15 años. Gracias a los bloques de esta Legislatura por construir un espacio de diálogo y convivencia democrática, donde las diferencias existen, pero nunca atentan contra la responsabilidad de mejorarle la vida a la gente. Gracias a Mauricio, con quien iniciamos estas transformaciones en 2007, y que pudimos continuar y profundizar desde 2015 hasta hoy. Gracias a mi familia por acompañar mi vocación con su amor siempre incondicional, que es mi motor para tanto esfuerzo. Y también un gracias muy especial a todo el equipo de gobierno”.
Una vez más, destacó a su equipo de siempre como el músculo de la gestión: “Detrás de cada logro hay un equipo de gente con vocación de servicio que se animó a transformar. Un equipo que hace, que planifica, que trabaja siempre cerca de la gente y que, cuando se equivoca, lo reconoce con humildad y corrige el rumbo. Es una alegría inmensa saber que cada persona que trabaja en el Gobierno de la Ciudad, cualquiera sea su tarea, es un servidor público que se animó y se anima a levantar banderas que pasaron de ser promesas a ser hechos”.
Reconoció: «Hoy siento una satisfacción profunda por la gran transformación que nos animamos a encarar juntos, poniendo en marcha toda la potencia, la energía y las ganas que tiene la gente de trabajar, educarse y progresar en la vida. Nuestro legado es una Ciudad donde la educación es una prioridad. Donde la seguridad no se negocia. Donde la política social es generar trabajo. Donde la salud no es un privilegio. Donde la ley es igual para todos. Y donde hay futuro. Hay futuro, primero, porque hay un rumbo que se va a mantener venga quien venga a gobernar la Ciudad. Nosotros dejamos transformaciones en marcha y un plan hacia el 2030 para allanarle el camino a quien la gente elija. Porque todas las transformaciones que valen la pena, llevan tiempo. Y aunque hayamos tenido éxito en las que impulsamos, siempre quedan cosas para mejorar”.
Apeló, en tanto, al poder del cambio: “Encontrar en el talento de cada argentino los mejores caminos para transformar. Y eso es lo que necesita nuestro país. La Argentina lleva años sin crecer ni avanzar. Cada paso que damos para adelante nos lleva después dos pasos para atrás. Los cortos períodos de crecimiento no se sostienen porque se construyen desde la división y no desde la unidad. Y así, cada gobierno que asume deshace todo lo que hizo el anterior y nunca se resuelven los problemas de fondo, que nos terminan llevando a una crisis peor que la anterior. Esto es así porque la única constante en esta historia es la división. Décadas de peleas generadas por políticos que hicieron campaña a costa de enfrentar a argentinos contra argentinos”.
“Detrás de cada logro hay un equipo de gente con vocación de servicio que se animó a transformar. Un equipo que hace, que planifica, que trabaja siempre cerca de la gente y que, cuando se equivoca, lo reconoce con humildad y corrige el rumbo»
Cuestionó a los políticos que “nos hicieron creer que no tenemos nada en común con el que piensa distinto, al punto de que dejamos de invitar amigos a nuestras casas, nos enemistamos con familiares y levantamos la agresividad al máximo en las redes sociales. Hay que cortarla con eso. Hoy casi el 40% de los argentinos son pobres, casi 4 millones de personas trabajan en la informalidad y miles de chicos no terminan en tiempo y forma la escuela. Estos son los resultados de décadas de división”.
De cara a lo que viene, aseguró: “La solución no puede ser más de lo mismo. En este momento, nuestro país necesita que lo pongamos primero. No hay teoría política ni ideología partidaria que sea más importante que ser argentino. El cambio no es gritar. No es buscar problemas ni culpables. El cambio es buscar soluciones y trabajar todos juntos, sin parar, para llevarlas adelante. En una Argentina tan dividida, sé que esto puede sonar a una utopía. Pero se puede, sé que se puede. En la Ciudad también al principio nos dijeron que no íbamos a poder, que era imposible, que íbamos a fracasar. Y lo logramos. Nos animamos a transformar la Ciudad y ahora nos vamos a animar a transformar el país. Porque si al final del día millones de argentinos queremos lo mismo, si al final del día millones queremos una Argentina con trabajo, con educación y con seguridad. ¿Cómo no vamos a trabajar juntos? ¿Cómo no vamos a sentarnos a pensar y decidir cómo sacar el país adelante? Este es el deseo que tengo y que quiero proponerles a todos los argentinos: salir de la división y pelear juntos por el futuro que nos merecemos. No nos resignemos. No nos demos por vencidos con la Argentina. Luchemos por ella y por nuestros sueños. Llegó el momento de hacernos cargo de nuestro futuro. Es hora de animarnos a cambiar el país para siempre”.
A la hora de enumerar “transformaciones y logros”, detalló su perspectiva, área por área: Educación; Trabajo; Seguridad y Justicia; Integración; Transformación Urbana e Infraestructura; Bienestar Integral; Salud; Género; Adultos Mayores; Ambiente; Ciudad Digital; y Visión Internacional.