El martes por la noche, mientras afuera de la Quinta de Olivos los jubilados caceroleaban, y antes de que comiencen los mozos a servir los chorizos, morcillas, chinchulines, vacío y tiras de asado entre los diputados, el presidente Javier Milei se paró en la cabecera de la mesa, agarró un micrófono con las dos manos y, después de agradecerles por haber blindado su veto en contra de un aumento para las jubilaciones, les propuso «armar un scrum».
El Presidente habló de «armar un scrum» entre los diferentes bloques para sostener los proyectos estratégicos del gobierno, como el veto al financiamiento universitario
En el lenguaje de la gestión empresarial, el scrum significa «un marco de trabajo que se compone de buenas prácticas para actuar colaborativamente, en equipo y obtener el mejor resultado posible de proyectos». En el lenguaje del rugby, en tanto, el scrum es una forma de reiniciar el juego después de una falta donde los jugadores de cada equipo se abrazan y juntos empujan para quedarse con la pelota.
La metáfora no pasó de largo y fue de lo más jugoso –además de la carne– que tuvieron los apenas casi siete minutos del discurso presidencial. Desde el gobierno dicen que el mandatario se refería a la metáfora vinculada a la gestión (la primera), es decir, que quieren «trabajar en equipo», de manera colaborativa, para tener los mejores resultados y sacar el país adelante. Desde los bloques aliados, como el PRO, sin embargo, lo leyeron en clave deportiva (la segunda). Entienden que el gobierno tuvo varias derrotas legislativas en el último tiempo, que perdió el control de la pelota y que ellos tuvieron que salir a respaldarlo por los débiles bloques que La Libertad Avanza tiene en el Congreso nacional.
Dentro del partido de Mauricio Macri, tradujeron que «implícitamente», Milei les propuso durante la cena avanzar en la creación de un interbloque y dicen que en ese escenario hay consenso para que Cristian Ritondo sea su presidente –el jefe de la bancada Pro en diputados se sentó muy cerca de la cabecera–, pero se atajan: «ese es un problema que les resolveríamos a ellos. Lo que no queda claro es en qué más se traduciría esa alianza o interbloque». Es decir, desde el PRO quieren llevarse algo a cambio por el acompañamiento que realizan en el Congreso y que saben que Milei necesitará en los meses venideros.
El Presidente habló de «armar un scrum» entre los diferentes bloques para sostener los proyectos estratégicos del gobierno, como el veto al financiamiento universitario
El Presidente sabe que necesitará el respaldo de los «87 héroes» porque su plan es seguir gobernando mediante decretos y vetando las leyes que logre aprobar el Congreso y a él no le gusten. Para eso necesitará un blindaje como el que tuvo para el veto de las jubilaciones. No le alcanza con los diputados y senadores con los que cuenta su espacio. Ese fue el objetivo real de la cena en Olivos, además del «festejo» anti jubilados que después del encuentro algunos diputados intentaron salir a negar.
Macri, a lo largo de los meses, ya armó una larga lista de pedidos para la Casa Rosada a cambio de ese apoyo legislativo. Allí enumeró cuestiones personales –no quiere que Ariel Lijo forme parte de la Corte Suprema, querría la concesión de la Hidrovía y de distintas represas– y también partidarios –quiere que miembros de su partido ocupen puestos de la gestión por ejemplo en Vialidad y Obras Públicas, entre otros–. Por ahora, sin embargo, más allá de las cenas en Olivos, no consiguió nada significativo.
Cerca del triángulo de hierro insisten con que no claudicarán y que «no le van a dar nada» al expresidente
Habrá que ver, en ese caso, si el PRO decide, de igual manera, seguir respaldando al oficialismo. Por ahora, después de casi diez meses de gestión, La Libertad Avanza logró algo bastante similar a una hazaña: tener un fuerte apoyo –a grandes rasgos– de una gran porción de la «política» (esto es gobernadores), sin dar casi nada a cambio, sino más bien todo lo contrario: recortando fondos y recursos a las provincias e insultando y agraviando a gobernadores y legisladores.
Desde el PRO dicen que colaboran con el gobierno, por más que no obtienen «nada a cambio», porque «ponemos al país adelante de todo, aunque implique nuestra desaparición partidaria», pero la lectura que hacen desde Balcarce 50 es diametralmente opuesta. Dicen que lo hacen porque el electorado que antes los votaba a ellos ahora lo vota a Milei.
«Por ahora no hay ningún interbloque», dicen cerca del Presidente y remarcan jocosos que a la oposición amigable no les queda mucha más opción que acompañarlos «porque no tienen votos»
El gobierno, más allá de eso, deberá trabajar para sostener el mágico número 87. Esa cifra, además del PRO, también se compone de los diputados que responden al radicalismo que cambiaron su voto por las jubilaciones en solo semanas y fueron sancionados por sus autoridades partidarias. Uno solo de ellos, Mariano Campero, se animó a desafiar a sus correligionarios y se retiró de una acalorada reunión de bloque –que se llevó a cabo horas antes del asado– para asistir al convite. Pagó, comió, tomó vino y hasta la mousse de chocolate que sirvieron de postre. Otros tres Martín Arjol, Pablo Cervi y Luis Picat no se animaron a tanto y se quedaron sin la cena. Tampoco fue José Tournier, que si bien responde al gobernador radical de Corrientes Gustavo Valdés, no está afiliado al partido.
Más allá de que esos cuatro «héroes» no estuvieron en el asado, cerca de ellos dicen que «no lo hicieron por presión política interna, no porque no quisieran ir». Es decir, el gobierno los podría contar como parte de sus votos para posibles vetos. El próximo que viene, ya les anunció el Presidente a sus comensales, será el del presupuesto universitario.
El próximo gran desafío que la LLA tendrá en el Congreso será el de la aprobación del Presupuesto 2025, que el fin de semana presentó Milei
Con el objetivo de empezar a diagramar esa agenda, después de la reunión con los diputados aliados, el jefe de gabinete, Guillermo Francos y el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunieron el miércoles por la mañana con el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem y con los presidentes de las comisiones de Presupuesto de Diputados y Senadores: Martín Atauche (Senado) y José Luis Espert (Diputados) en Casa Rosada para «diseñar la hoja de ruta del Presupuesto en el Congreso» y definir que, quienes van a ir a defenderlo son Carlos Guberman, secretario de Hacienda de la Nación y Pablo Quirno, Secretario de Finanzas. Quieren evitar que vaya Caputo. Según dicen desde el oficialismo, la idea es trabajar el proyecto en dos meses y que llegue al recinto a fines de noviembre. No tienen en mente aceptar grandes modificaciones.